Xabi Alonso reescribe el ADN del Real Madrid con fútbol de autor
En este nuevo Real Madrid que dirige Xabi Alonso, hay algo que va más allá del marcador: se percibe una transformación profunda en la manera de jugar, en la interpretación colectiva del fútbol y, sobre todo, en la conexión entre los jugadores. En apenas unas semanas, el equipo ha absorbido los fundamentos del técnico con una velocidad que intimida a los rivales y sorprende a los analistas.
“Queremos que la afición esté orgullosa, transmitir emociones, alegría. Que la gente vaya al estadio a disfrutar”, dijo Xabi Alonso en su primera comparecencia como entrenador blanco.
Esa promesa se empieza a cumplir. La pelota se mueve con intención, los jugadores se buscan con naturalidad, y el caos de antaño ha dado paso a un orden dinámico en el que cada pieza parece entender perfectamente su papel. Todo responde a un patrón, pero sin rigidez. La identidad se ha impuesto al esquema.
Una pizarra que evoluciona sobre el campo
El rasgo más visible del equipo de Xabi es su capacidad de adaptación táctica. El Madrid ha alternado esquemas con una fluidez admirable: del 4-2-3-1 con balón al sistema híbrido con defensa de cinco en fase defensiva, sin que se resienta ni la cohesión ni la eficacia.
“Gracias a la inteligencia del grupo, tenemos la capacidad de ajustarnos cada vez que Xabi nos lo pide”, aseguró Aurélien Tchouaméni, uno de los pilares del centro del campo y eje estratégico en la propuesta del técnico.
En el reciente duelo ante el Borussia en los cuartos de final del Mundial de Clubes, Alonso ejecutó otra variación táctica: Trent Alexander-Arnold se posicionó como tercer central junto a Rüdiger y Huijsen, mientras que Fede Valverde se retrasó para hacer de lateral derecho ante las incursiones de Adeyemi. Resultado: el equipo alemán no disparó a puerta hasta el minuto 60.
Una defensa compacta, un medio que respira fútbol
Uno de los fundamentos defensivos del Madrid de Alonso es la estructura compacta y la reducción de espacios entre líneas. No importa el dibujo inicial; el equipo reacciona, se desplaza, se agrupa y ataca o defiende según la situación, con un nivel de cohesión que refleja sesiones de trabajo específicas y un grado de concentración constante.
“Tiene la capacidad de adaptarse, es muy inteligente a la hora de coger los conceptos. Su posición es muy importante para mí”, añadió Alonso refiriéndose a Tchouaméni.
Talento al servicio del colectivo
Lo más notable de esta etapa es que cada jugador parece haber interiorizado un propósito común. Ya no se trata solo de talento individual —que en el Real Madrid abunda—, sino de cómo ese talento se coordina con la visión del entrenador. En este sentido, Xabi Alonso ha logrado unir técnica con disciplina, intuición con estructura, y eso se traduce en un equipo más maduro y preciso.
El principio es claro: ocupar todos los espacios, pero no siempre con los mismos jugadores. La rotación posicional en ataque ha generado nuevos caminos ofensivos, con mayor movilidad y opciones de desequilibrio. A eso se suma un bloque medio que presiona con inteligencia y no desperdicia energía.
Más que un sistema, una mentalidad
Xabi no solo ha implantado esquemas. Ha instaurado una identidad. Su Madrid transmite confianza, lectura del juego y, sobre todo, compromiso. Cada futbolista se siente parte de algo mayor. El resultado no es solo un buen rendimiento colectivo, sino una sensación de propósito común que se percibe desde fuera.
El vestuario, por ahora, cree en el entrenador. Y cuando eso ocurre en un club de esta magnitud, el dibujo deja de importar. Lo esencial es la fe colectiva.
Un largo camino por delante
A pesar de este buen arranque, Xabi Alonso sabe que aún queda mucho por recorrer. Vendrán noches difíciles, rivales complejos y momentos de duda. Pero lo que ya no se discute es la forma de competir, la actitud y el estilo que este Real Madrid quiere representar.
“Cuando un equipo cree, cuando todos reman en la misma dirección, se convierte en una fuerza que va más allá del esquema. Se convierte en algo que emociona de verdad”, resumió un miembro del cuerpo técnico tras el último encuentro.
El nuevo Madrid avanza, firme, inteligente y unido. La revolución silenciosa de Xabi Alonso no es solo táctica. Es cultural. Y apenas ha comenzado.