Un Real Madrid desbordado: corre menos, sufre más y depende de un milagro
La dura derrota del Real Madrid ante el Arsenal en el Emirates Stadium (3-0) no solo ha comprometido su continuidad en la Champions League, sino que también ha destapado un conjunto de estadísticas demoledoras que reflejan con crudeza el delicado momento que atraviesa el equipo de Carlo Ancelotti. Lejos de ser una simple noche aciaga, los números oficiales de la UEFA certifican que el Madrid sufre en el plano físico, defensivo y competitivo.
El Madrid corre menos que nadie
Uno de los datos más reveladores tras el choque en Londres ha sido la abismal diferencia de kilómetros recorridos entre ambos equipos. Mientras que el Arsenal completó un total de 113,56 kilómetros, el Real Madrid apenas alcanzó los 101,16. Eso representa más de doce kilómetros de diferencia, un dato significativo en una eliminatoria de máxima exigencia.
Este registro contradice directamente una de las frases más repetidas por Ancelotti:
«No necesitamos correr más que el rival para ganar.»
Sin embargo, cuando el esfuerzo físico es tan desigual, la calidad individual no basta. El Madrid quedó en evidencia no solo frente al Arsenal, sino también respecto al resto de los equipos de la competición. En el otro duelo de la jornada, el Bayern Múnich corrió 122,96 km, mientras que el Inter de Milán hizo 120,81. Es decir, el Madrid corrió casi 22 kilómetros menos que los bávaros.
El equipo más rematado de Europa
Otro de los indicadores que más preocupan en la Ciudad Deportiva de Valdebebas es la fragilidad defensiva. El Real Madrid es el equipo que más remates ha recibido en toda la Champions League: 79. Le siguen Feyenoord (74) y PSV (67), ambos ya eliminados del torneo.
Por contraste, el Arsenal, que acaba de pasar por encima del equipo blanco, es el segundo equipo que menos remates ha encajado, con tan solo 29. La diferencia entre ambos es de 50 remates, una cifra escandalosa que deja muy mal parado al bloque defensivo de Ancelotti.
Valverde, solo ante el desgaste físico
En el plano individual, Federico Valverde es el único jugador del Real Madrid que aparece en el top 20 de futbolistas que más han corrido en la Champions. Ocupa el puesto número 15, con 1.146 minutos disputados. El segundo en la lista blanca es Jude Bellingham, en el puesto 32, y Rüdiger figura en el 43.
En contraste, el PSG coloca a tres jugadores entre los diez primeros: João Neves, Vitinha y Achraf Hakimi, lo que evidencia una mayor intensidad colectiva en el cuadro francés.
Sequía goleadora: dos partidos sin marcar
Por primera vez desde marzo de 2009, el Real Madrid ha enlazado dos partidos consecutivos sin anotar en la Champions League. Primero fue el 1-0 en el Metropolitano, y ahora este contundente 3-0 en Londres. La falta de gol, un sello característico de otros cursos europeos, ha dejado de ser un arma.
Ni la potencia de Kylian Mbappé, ni la electricidad de Vinicius Junior han sido suficientes. La sequía ofensiva preocupa tanto como los problemas defensivos.
Un desplome estadístico
“Tuvimos suerte de que solo nos metieran tres goles”, confesó Bellingham tras el encuentro. Una frase que resume el sentimiento de impotencia de una plantilla que fue ampliamente superada.
Además, según el superordenador de Opta, las opciones del Real Madrid de alcanzar las semifinales han caído del 49,8 % antes del partido, a un escaso 4 % tras la derrota. El Arsenal, con un 55 %, es ahora el equipo con más opciones de llegar a la final y el segundo favorito al título con un 28 %.
Conclusión: un Madrid al límite
El Real Madrid está ante uno de esos momentos donde solo la historia, el carácter y el orgullo competitivo pueden ofrecer esperanza. Las estadísticas lo retratan sin piedad:
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Corre menos.
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Le rematan más.
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Marca menos goles.
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Y empieza a dudar de sí mismo.
La vuelta en el Santiago Bernabéu puede ser una noche de redención o una condena definitiva. Para sobrevivir, el equipo de Ancelotti tendrá que mostrar su versión más aguerrida, más combativa y más galáctica. Porque ahora mismo, lo que parece un abismo solo puede cruzarse con corazón, fútbol y una dosis de épica.