Tchouaméni renace como defensa clave en el Real Madrid
Cuando el rendimiento de un futbolista decae sin razón aparente, las explicaciones mentales son casi siempre las más convincentes. En el caso de Aurelien Tchouaméni, su paso por un momento difícil en el Real Madrid no se debía a falta de calidad, sino a una falta de confianza que amenazó con poner en jaque su futuro en el club. Con la mente nublada, el mediocampista se vio atrapado en un mar de dudas, pero tras semanas de trabajo interno y ajustes tácticos, Tchouaméni ha emergido renovado, dispuesto a afrontar los desafíos que le plantea Carlo Ancelotti.
El giro en su carrera llegó cuando, de forma casi imperceptible, pasó de ser un centrocampista central a convertirse en una pieza clave en el eje de la defensa. Lejos de lo que muchos pensaban, su capacidad para adaptarse al nuevo rol no solo ha sido exitosa, sino que ha sido la clave para su regreso al primer plano del fútbol mundial. En la defensa central, Tchouaméni ha demostrado ser una muralla: posicionado con sabiduría, firme en los duelos y con una capacidad de salida de balón que ha impresionado a propios y extraños.
El cambio no ha sido sencillo. Durante su primera aparición en el centro de la zaga, las críticas llovieron, sobre todo tras el partido copero ante el Celta de Vigo, cuando incluso el público del Santiago Bernabéu mostró su descontento. Pero, al igual que un volcán que estalla en silencio, el francés no se dejó vencer. Siguió evolucionando, haciendo suya una posición que, si bien le era ajena, mostraba sus cualidades defensivas de forma más pura. Desde esa primera prueba en Butarque, pasando por sus partidos frente a equipos de la talla del Atlético de Madrid, Manchester City, Osasuna y la Real Sociedad, Tchouaméni ha asentado su presencia en el corazón de la defensa madridista.
La razón de su éxito radica, en gran medida, en la transformación que ha sufrido el equipo bajo la dirección de Ancelotti. El entrenador italiano ha conseguido que sus hombres de ataque brinden el apoyo necesario para proteger a su mediocampo y, por extensión, a los defensores. Con esta estructura más sólida, el Real Madrid ha logrado cubrir más eficientemente las transiciones defensivas, y Tchouaméni, de manera particular, se ha mostrado impresionante. En su última exhibición ante la Real Sociedad, sus estadísticas son una muestra palpable de su renacimiento: 91% de precisión en el pase, 9 despejes, 5 recuperaciones y un dominio casi absoluto del juego aéreo.
La mejoría ha sido notable, y no solo en números. El francés ha demostrado, en partidos clave, que puede asumir responsabilidades en una posición compleja sin perder su esencia. Su actuación en el Etihad Stadium, donde se vio como un líder sólido en la defensa, fue un anticipo de lo que vendría: un jugador en plena confianza.
Las palabras de Carlo Ancelotti, tras el partido contra el Manchester City, fueron un reconocimiento a la recuperación de Tchouaméni: “El muy criticado Tchouaméni ha estado muy bien”. Aunque el entrenador italiano sigue contando con el francés como mediocampista, lo cierto es que su capacidad para adaptarse y rendir en la defensa le ha ganado un puesto casi indiscutible en el Real Madrid.
Ahora, con la confianza restaurada, Aurelien Tchouaméni es un futbolista diferente. En su lucha por encontrar el equilibrio perfecto entre defensa y mediocampo, ha crecido de manera silenciosa, pero sólida. El 14 del Madrid ya no teme asumir riesgos ni cargar con la responsabilidad que antes parecía fuera de su alcance. Gracias al apoyo de sus compañeros, y a su carácter inquebrantable, Tchouaméni ha dado un paso hacia la élite, y su papel en el Real Madrid promete ser fundamental en los meses venideros.