Nico Williams renueva hasta 2035 y sella su legado en el Athletic Club

Nico Williams ha elegido. Y ha elegido con el corazón. En una época marcada por los traspasos multimillonarios, las ofertas mareantes y los cambios constantes de camiseta, el joven internacional ha tomado una decisión poco habitual: seguir en casa, renovar con el Athletic Club hasta 2035 y rechazar el canto de sirenas de clubes como el FC Barcelona. Su elección no solo reafirma su compromiso con el proyecto rojiblanco, sino que simboliza una nueva era de ambición serena y de fidelidad consciente a los valores de un club único en el mundo.

Con un vídeo cargado de simbolismo —grabado frente al mural que tantas veces fue vandalizado en las últimas semanas— Nico anunció su continuidad en Lezama con palabras claras, directas y emotivas: “Estoy donde quiero estar, con los míos. Esta es mi casa. Aupa Athletic”. Un mensaje que retumba con fuerza en San Mamés, donde la noticia ha sido recibida con júbilo, orgullo y una sensación colectiva de que el futuro ya ha comenzado.

Una renovación histórica, un mensaje poderoso

El nuevo contrato vincula al delantero navarro con el Athletic hasta el 30 de junio de 2035, ampliando su vinculación en ocho temporadas más respecto al acuerdo anterior, que vencía en 2027. Además, su cláusula de rescisión se incrementa en más de un 50%, blindando aún más a una de las piezas más cotizadas del mercado nacional e internacional. Esta renovación, más allá de los números, encierra una poderosa declaración de intenciones: el Athletic quiere competir, crecer y hacerlo con los suyos.

Esta apuesta refuerza la hoja de ruta marcada por otros referentes del vestuario que también han renovado recientemente, como Unai Simón, Oihan Sancet, Dani Vivian o Beñat Prados. La continuidad de Nico supone un punto de inflexión, un paso adelante definitivo para un equipo que vuelve a la Champions League tras una década de espera y que ahora se sabe fuerte, unido y competitivo.

Del talento juvenil al referente de San Mamés

Formado en Lezama desde categoría alevín, Nico Williams llegó al club en 2013, siguiendo los pasos de su hermano Iñaki. Desde entonces ha recorrido todas las etapas del fútbol base rojiblanco hasta debutar con el primer equipo en abril de 2021, con solo 18 años. Hoy, con apenas 22 años, acumula 167 partidos oficiales, 31 goles, un título de Copa y un protagonismo creciente tanto en el plano nacional como internacional.

Su capacidad de desequilibrio, su velocidad endiablada y su habilidad para romper líneas lo han convertido en uno de los extremos más temidos de LaLiga. Pero no solo eso. En 2024 fue MVP de la final de la Eurocopa, torneo que ganó con España, y su nombre ha aparecido entre los nominados al Balón de Oro, ocupando el puesto 15º. La proyección de Nico no tiene techo, y sin embargo ha optado por seguir caminando desde Bilbao, desde la identidad y el compromiso.

Un «Athletic WIN» con acento generacional

La decisión de Nico no puede entenderse sin el entorno y el vestuario que le rodea. Este Athletic Club, liderado por Ernesto Valverde y capitaneado por su hermano Iñaki Williams, representa una mezcla ideal de veteranía, juventud y ambición. El club lo ha resumido de forma ingeniosa y significativa: Athletic WIN (Williams, Iñaki y Nico). Dos hermanos que personifican como nadie la filosofía del club, el respeto por sus raíces y la voluntad de trascender desde una identidad clara y compartida.

La camiseta con el número 10 —heredada de Iker Muniain— seguirá viendo brillar el talento de un jugador que podría haber optado por muchos caminos… y eligió el más difícil, pero también el más valiente. En tiempos donde la camiseta pesa menos para muchos, Nico la abraza con convicción y se convierte en símbolo de una generación que quiere ganar, sí, pero quiere hacerlo con el Athletic Club, en San Mamés y con su gente.

Champions y orgullo: el futuro ya es presente

El regreso a la Champions League no es solo un premio deportivo para el Athletic, es también una oportunidad de mostrarse al mundo. Y Nico Williams será el gran abanderado de ese viaje. Con la confianza del club, el respaldo de una afición incondicional y el legado de un vestuario que ha decidido creer, el joven extremo navarro tiene por delante la posibilidad de convertirse en leyenda no solo por su fútbol, sino también por su elección.

Esta renovación no es un mero contrato. Es un manifiesto. Un grito silencioso en favor de los valores, la pertenencia y el proyecto de un club que no quiere ser el más rico ni el más grande, pero sí el más fiel a sí mismo. En ese contexto, Nico Williams ya es eterno. Y lo será, como mínimo, hasta 2035.

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