Maffeo y Vinicius, la chispa que encendió otra guerra entre Real Madrid y Mallorca
En el King Abdullah Stadium, todo transcurría con aparente normalidad hasta que apareció Pablo Maffeo para desestabilizar el equilibrio del encuentro. El lateral del Mallorca, conocido por su capacidad para tensar los duelos con el Real Madrid, desató una serie de acontecimientos que desembocaron en un nuevo capítulo de la tormentosa relación entre ambos equipos.
La mecha se encendió con un gesto polémico: un desplome exagerado de Maffeo tras un roce mínimo con Vinicius, lo que provocó la reprimenda inmediata del árbitro De Burgos Bengoetxea. Aunque el marcador permanecía inalterado, el clima en el campo ya estaba lejos de ser el de un partido limpio. Tchouameni, sin morderse la lengua, acusó al jugador bermellón de tener «ganas de llamar la atención», mientras que en el vestuario blanco la narrativa era clara: «Todo lo inició él».
A pesar de los intentos de ambas partes por reducir la tensión en enfrentamientos previos, todo se desmoronó. Las palabras de Raíllo, capitán del Mallorca, asegurando que no había persecución hacia el delantero brasileño, quedaron en entredicho tras la acción de Maffeo, quien «se desmayó» buscando la expulsión del ’20’ madridista.
La sombra del pasado
El contexto no ayuda. En la memoria colectiva, resuena la supuesta broma de Maffeo sobre cuánto duraría Vinicius en pie en un combate de boxeo de las veladas organizadas por Ibai Llanos. Aunque parecían palabras lanzadas al aire, la actuación del lateral en el césped sugirió que esas declaraciones no eran tan casuales como parecían.
Los jugadores del Real Madrid creen que el equipo rival «venía con la lección bien aprendida». No fue casualidad, aseguran, que las provocaciones se centraran tanto en Vinicius como en Asensio, este último rememorando incidentes judicializados que avivan una rivalidad que trasciende el fútbol.
Riesgo máximo, justicia mínima
La tensión escaló cuando Bellingham decidió tomar cartas en el asunto. Aunque el inglés se contuvo de manera milagrosa, estuvo a un paso de ver una segunda tarjeta amarilla que le habría costado su presencia en la final del domingo. Por su parte, Maffeo logró su cometido: dejar huella en un partido más por sus gestos que por su juego.
Tras el pitido final, los entrenadores Carlo Ancelotti y Javier Aguirre coincidieron en que los nervios habían ganado la partida a la deportividad. Sin embargo, en el seno del Real Madrid, la sensación de que el Mallorca actuó con «premeditación» es difícil de ignorar.
La historia entre estos dos equipos sigue acumulando episodios polémicos. Lejos de calmarse, el duelo entre Vinicius y Maffeo se perfila como una de las rivalidades más intensas y controvertidas de los últimos años en el fútbol español. ¿Quién encenderá la próxima chispa?