La remontada ante el Real Madrid se decide en el Metropolitano
Nunca una derrota puede considerarse buena , pero el Atlético de Madrid ha demostrado, una vez más, que en su ADN late una fortaleza inquebrantable. Caer por 2-1 ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu , en la ida de lo Champions League, podría haber sido un golpe devastador, pero no lo ha sido. Tras un gol tempranero que alteró el equilibrio inicial, el Atlético no solo se repondría rápidamente, sino que conseguiría controlar el juego durante largas fases del encuentro, incluso mostrando un nivel de competitividad que dejaba la sensación de que, tal vez, el resultado podría haber sido otro.
El marcador es una ligera desventaja para los de Diego Simeone, pero la fe en el equipo se mantiene intacta. El vestuario rojiblanco está convencido: la remontada se completa en el Metropolitano, como ya sucediera en ediciones pasadas. Con la memoria fresca de gestas que parecen sacadas de un libro de historia del club, como aquellas noches de gloria frente al Bayer Leverkusen o el Barcelona en el Calderón, el Atlético sigue creyendo que este 2-1, pese a ser doloroso, es solo una parte de un guion que terminará escribiéndose en casa, con la afición como protagonista.
La remontada en el ADN rojiblanco
A lo largo de la historia reciente, el Atlético ha demostrado que, cuando la Champions llama a su puerta, sabe cómo darle la vuelta a los resultados adversos. Simeone y sus jugadores están acostumbrados a plantarse frente a gigantes y salir de la cueva con la victoria, aunque eso implique jugarse todo en la vuelta. La eliminatoria no está perdida, está viva. Si algo ha quedado claro es que, aunque el Real Madrid llegará a la vuelta con ligera ventaja, salir del Bernabéu sin encajar un tercer gol es un triunfo moral que da fuerzas para creer en lo imposible.
El Metropolitano es ese escenario que ha visto resucitar al Atlético en innumerables ocasiones, y en este sentido, los precedentes de remontadas no son solo parte de la historia; siguen siendo un refugio de esperanza para los rojiblancos. La sensación de que el Atlético, como ocurrió en 2014, 2015 o incluso la temporada pasada, tiene la capacidad de voltear eliminatorias, sigue siendo palpable. La historia les respalda y ahora, como nunca, el Cholo se encomienda a la mística de su estadio, donde los nervios de los rivales se convierten en el combustible de la ilusión rojiblanca.
El peso de los protagonistas históricos
En el vestuario del Atlético, hay jugadores que han sido protagonistas en estas gestas pasadas, y su experiencia es la que ahora da el valor a una derrota que, en otros tiempos, podría haber desmoronado a cualquier equipo. Entre ellos, destaca Jan Oblak, quien comenzó a forjar su leyenda como uno de los mejores porteros de la historia del Atlético precisamente en la primera gran remontada europea del Cholismo. Fue en Leverkusen, con una aparición heroica que sellaría su lugar en la historia. En ese partido, tras una lesión de Moyá que lo dejó al mando bajo los palos, Oblak no solo evitó el gol de Mario Suárez para forzar la prórroga, sino que, con su parada decisiva en la tanda de penaltis, permitió que el Atlético llegara a los cuartos de final de la Champions en 2015.
En la siguiente temporada, Antoine Griezmann se convertiría en el hombre que traduciría una derrota por la mínima en casa de uno de los grandes de Europa. Su doblete frente al Bayer Leverkusen en el Calderón, a semejanza de lo que hizo Luis Suárez en el Camp Nou, significó una remontada que seguía viva gracias a su diseño perfecto. La derrota de 2-1 en la ida nunca sería suficiente para frenar al Atlético, y ahora, la obra maestra de Julián Álvarez en el Bernabéu, podría resultar igual de clave para dar el siguiente paso hacia la gloria.
El Metropolitano, la caldera del Atlético
El Metropolitano es el alma de esta remontada que se gesta en los vestuarios del Atlético. No solo en la historia pasada, sino también en la última campaña. Basta con recordar cómo el Atlético dejó su huella en la edición de la 2023-24 de la Champions. Griezmann, en aquella eliminatoria ante el Milan, resucitó a un equipo que parecía dar por perdida la vuelta, y Memphis Depay llevó la locura a los aficionados cuando, a tres minutos del final, puso el 2-1 en el marcador, siguiendo el pase mágico de Koke. Y por si fuera poco, la imagen de Oblak una vez más deteniendo los penaltis en la tanda, confirmaba que el Atlético sabe cómo escribir su propia historia, superando todas las expectativas.
La remontada está en marcha
El Real Madrid tiene una ligera ventaja, pero en el Metropolitano se forjarán los cimientos de la que podría ser otra remontada histórica. Este 2-1, aunque doloroso, es solo un paso más en el camino hacia una gesta que ya forma parte de la esencia del Atlético de Madrid. La historia está de su lado, el Cholo lo sabe, y la afición lo siente. Este miércoles, todo se resolverá ante la presión de una caldera que nunca falla. El sueño de la Champions sigue vivo, y la magia de las remontadas, también.