La pegada del Numancia sentencia a la Gimnástica
Agarrarse a un clavo ardiendo. Seguramente eso es lo que venían haciendo los aficionados gimnásticos para creer todavía en la posibilidad de salvar la categoría. Después de la dura derrota en el Nuevo Los Pajaritos ante el Numancia, ya no queda nada a lo que aferrarse para mantener la esperanza. El fatídico destino parece estar escrito y el paso del tiempo es lo único que separa a la Gimnástica de su cumplimiento.
El equipo torrelaveguense cayó derrotado en un partido que tuvo perdido casi desde el comienzo. Se enfrentaba a un Numancia que llegaba en el peor momento de la temporada tras encadenar dos derrotas consecutivas, pero al que insufló la moral que necesitaba con el gol que concedió a los tres minutos de juego. La defensa de la Gimnástica estuvo blanda y se dejó ganar la partida por un Carlos González que batió a Iván Crespo en su salida a la desesperada. El cuadro blanquiazul asumió este primer golpe y no se acobardó ante el potencial rojillo. Buscaron con insistencia el área rival, pero, una semana más, volvieron a demostrar las mismas carencias ofensivas que le han lastrado está temporada. Uriarte rozó el gol con un disparo que se marchó cerca del poste y, poco después, Lucas Laso evitó un disparo de Primo en franca posición. El bloque gimnástico trataba de tú a tú con el Numancia, aunque sin fortuna de cara a gol. La que sí tuvo el cuadro rojillo en el minuto 33 para conseguir aumentar su ventaja en el marcador. Moustapha recuperó un balón, combinó con Dieste y su centro fue rematado por Carlos González en el segundo palo, con la mala suerte para la escuadra blanquiazul de que la pelota fue introducida por Alberto Gómez en su propia portería en su intento por despejar.
El segundo acto fue un continuo querer y no poder de la Gimnástica. Manu Calleja quiso dar más mordiente ofensiva al equipo sustituyendo a Uriarte por Dani Gómez, pero el resultado fue muy parecido o el mismo. Las ocasiones claras de gol fueron prácticamente inexistentes y el peligro en el área rojilla solo llegaba a base de saques de esquina. En el minuto 68 se acentuó la agonía del equipo de Calleja con la señalización de un penalti en contra. Un disparo de Alain Ribeiro golpeó en la mano de Nico Toca y el mismo jugador rojillo se encargó de transformar la pena máxima. La Gimnástica, con más orgullo que fe y más corazón que ideas, trató de conseguir su gol del honor en el tramo final, aunque con la misma fortuna que tuvo durante el resto del encuentro. Quedan cinco jornadas por delante, pero nulas esperanzas de salvación.