El Valencia ya tiene en el punto de mira al sustituto de Baraja
El Valencia CF se encuentra en plena búsqueda de soluciones para revertir su delicada situación en LaLiga, donde ocupa la última posición, a cinco puntos de la permanencia. Tras la dolorosa derrota por 3-0 ante el Valladolid en el estadio José Zorrilla, la continuidad de Rubén Baraja como entrenador del conjunto che pende de un hilo. La directiva valencianista ha acelerado las negociaciones con Quique Sánchez Flores, quien podría asumir el banquillo en los próximos días.
Quique Sánchez Flores, el elegido
El entrenador madrileño, que ya dirigió al Valencia entre 2005 y 2007, se perfila como la principal opción para suceder a Baraja. En su etapa anterior con el club, Sánchez Flores logró una tercera y una cuarta posición en Liga, además de alcanzar los cuartos de final de la Champions League. Ahora, sin embargo, el contexto es radicalmente distinto. El Valencia lucha por evitar el descenso, un objetivo muy alejado de aquellos años de gloria.
El técnico de 59 años, libre desde el verano tras desvincularse del Sevilla, es reconocido por su experiencia en situaciones complicadas. Durante su carrera ha dirigido al Getafe en varias etapas, liderando proyectos con el objetivo de la permanencia, y también asumió el reto de estabilizar al Sevilla en un momento delicado, logrando mantenerlo lejos del descenso en la temporada 2023/24.
Negociaciones en marcha
Aunque la directiva del Valencia ha contactado con Quique Sánchez Flores desde hace días, la derrota ante el Valladolid ha acelerado el proceso. El objetivo es que el técnico madrileño pueda estar en el banquillo para el trascendental partido contra el Espanyol, último compromiso de 2024. Sin embargo, Sánchez Flores ha pedido tiempo para analizar la situación y decidir si acepta el desafío.
Mientras tanto, Rubén Baraja continúa en el cargo de forma interina. Su futuro depende no solo de la respuesta de Quique, sino también de las cuestiones económicas que condicionan al club.
El elevado coste del despido de Baraja
La destitución de Rubén Baraja enfrenta un importante escollo económico. El técnico fue renovado en verano hasta 2026 tras una temporada sorprendente en la que, contra todo pronóstico, peleó por posiciones europeas. Este contrato incluye una cláusula de rescisión cercana a los cinco millones de euros, una cifra que complica la decisión del club.
El propietario del Valencia, Peter Lim, no parece dispuesto a desembolsar esa cantidad en plena crisis financiera. La situación económica del conjunto che es precaria, con limitaciones presupuestarias que afectan tanto al plano deportivo como a la gestión interna. Esto podría prolongar la continuidad de Baraja en el banquillo hasta que se encuentre una solución más viable.
Un momento crítico para el Valencia
El Valencia vive uno de los momentos más delicados de su historia reciente. Colista de LaLiga y con un equipo que no encuentra el rumbo, la posibilidad del descenso es cada vez más real. A pesar de los esfuerzos de Baraja por revertir la situación, el equipo no ha mostrado señales de mejora. La derrota ante el Valladolid no solo evidenció problemas tácticos y de confianza, sino que también incrementó la presión sobre la directiva para tomar decisiones rápidas.
Con el partido contra el Espanyol a la vuelta de la esquina, el Valencia necesita cerrar cuanto antes la negociación con Quique Sánchez Flores o plantearse alternativas para enderezar el rumbo. Si bien todavía queda más de media temporada por delante, cada jornada que pasa sin una reacción agrava la situación y acerca al club a un descenso que tendría consecuencias devastadoras.
En este contexto, la llegada de Quique Sánchez Flores se percibe como un intento de recuperar la estabilidad en un equipo que necesita más que nunca una dirección firme y experimentada. Sin embargo, la incertidumbre sobre la resolución de estas negociaciones mantiene en vilo a Mestalla, que espera ansiosa por un cambio que devuelva la esperanza a una afición acostumbrada a sufrir, pero no a perder la fe en su equipo.