El retraso de las obras del Camp Nou genera problemas económicos, por Josep Maria Casanovas
Las obras en el Spotify Camp Nou siguen su curso / Twitter J.Mª Casanovas 02 MAR 2025 8:00 Actualizada 02 MAR 2025 10:19 El Barça tiene una doble personalidad, un doble funcionamiento. Los resultados deportivos interesan más que la situación económica. A los socios les entusiasman los goles y les aburre la contabilidad. Mientras el equipo funcione, todo lo demás queda en segundo plano. Es una norma que históricamente ha marcado la actualidad blaugrana. Si la pelota entra, lo demás importa menos. El problema es que, a la larga, la situación económica acaba influyendo de forma decisiva en el área deportiva cuando fallan los recursos. Sin liquidez no hay futuro, sin cumplir el fair play de la Liga los fichajes y la inscripción federativa se convierten en un calvario. Esta realidad se vive ahora de forma más acusada por las obras del Camp Nou. El Barça de Flick se desenvuelve en Montjuïc mejor de lo esperado, está vivo en las tres competiciones importantes y su juego despierta satisfacción y esperanza. Con los jugadores de la cantera como motor de ilusiones se afronta la fase culminante de la temporada con buenas expectativas si los jóvenes son capaces de mantener el nivel de competitividad hasta el final. Lideran la Liga, están vivos en la Copa y en la Champions han recuperado protagonismo y potencial. El factor negativo son los números, la economía; es necesario recuperar una situación financiera positiva para dejar atrás las penurias y limitaciones que han marcado el segundo mandato de Laporta. El retraso de las obras no ayuda nada; todo lo contrario, complica la cuenta de resultados de esta temporada ya que estaba presupuestado jugar cinco meses en el Camp Nou y en consecuencia volverá a registrar números rojos, déficit. Sin recuperar la fuente de ingresos del Camp Nou es imposible conseguir la estabilidad económica necesaria para cumplir el presupuesto. Por dicho motivo es importante que las obras no se retrasen más, que los socios renueven sus carnets de cara a septiembre, que el museo y la tienda vuelvan a generar ingresos y el ‘match day’, generado en el 90% por turistas, se dispare. Los beneficios del nuevo estadio son clave para volver a facturar 1.000 millones. Es necesario que las obras recuperen el ‘timing’ perdido, si para ello es mejor no ir al Camp Nou hasta septiembre y jugar dos temporadas completas en Montjuïc, no pasa nada. Hasta el momento ha habido demasiado silencio y opacidad en el desarrollo del proyecto por parte de la constructora turca, Limak. Parece difícil por el retraso acumulado, que las obras estén concluidas para el inicio de la temporada 2026/27 ya que la parte técnica más complicada y sensible, la instalación de una cubierta de 48.000 metros cuadrados, se ha pospuesto un año, hasta el verano del 2026. Los retrasos se han convertido en una cuestión de estado en el Barça. Si las obras no avanzan al ritmo previsto, se bloquean los ingresos y generan tensiones de tesorería. El nuevo Camp Nou será la solución a muchos de los actuales problemas económicos. Pero si se demoran más de la cuenta, se puede encender la luz de alarma.Las obras en el Spotify Camp Nou siguen su curso
Es imposible cumplir el presupuesto sin los ingresos del nuevo Camp Nou
El problema, la economía
Los retrasos de las obras, cuestión de Estado