champions league: Como Ulises, humildad para llegar a Múnich (Nuestra Ítaca)
Robert Lewandowski contra Las Palmas en el encuentro liguero de la primera vuelta / EFE No crean que vaya a pecar de ingenuo o que pretendo encubrirme en la falsa humildad, pero la euforia desmedida tras conocer el cuadro de la Champions es un obstáculo que nos ponemos en nuestro propio camino. La dificultad entre enfrentarse contra un equipo u otro es evidente, y, claro, tener que competir a dos partidos contra el PSG o el Benfica son aprietos distintos, aunque requieren la misma exigencia. Pero a estas alturas de la Champions, confiarse excesivamente, es caer en una torpeza evidente que deberíamos evitar a toda costa. Tenemos en la historia reciente de nuestro club ejemplos suficientes para no volver a tropezar con esta trampa. No me preocupa demasiado que el optimismo desmesurado contagie a los jugadores, el guardián de esto, nuestro querido Hansi Flick, sabe muy bien cómo mantener humilde a su plantilla. Humildad es una palabra que proviene del latín humus (tierra) y que significa básicamente mantener los pies en el suelo, y con el alemán, este trabajo, el de no perderse en un entusiasmo exagerado, está en buenas manos. El camino a Múnich estará lleno de baches, de curvas cerradas y de árboles caídos en mitad del sendero. Es nuestra meta, como Ítaca lo fue para Ulises. Probablemente, él sea el personaje en el que debamos reflejarnos. Estos últimos años de oscuridad que ha vivido el Barça, los podemos ver metafóricamente como nuestra particular guerra de Troya; ahora, una década después (como en el libro), con la ilusión que rebosa por todas partes viendo a un equipo joven, unido y que juega a las mil maravillas, encaramos estos nuevos retos que parecían olvidados: ganar títulos, competir por todo, llegar a Múnich y conquistar la ciudad. Nuestro Ítaca. De Ulises debemos extraer su metodología del éxito basada en la perseverancia, la prudencia y la modestia. Nada de ir de reyes aun serlo, nada de ir de favoritos por mucho que la estadística y la lógica nos diga que lo somos, solo así, sin tampoco pecar de lo contrario, llegaremos al puerto de la victoria. Dicho está: el camino para alzarse con la copa de la mejor competición futbolística del mundo, es siempre complicado. Perseverancia, humildad y a conquistar Múnich. Nuestra particular Ítaca.
Perseverancia, humildad y a conquistar Múnich. Nuestra particular Ítaca