Brahim guía al Madrid en el derbi de la Champions, pero el Atlético sigue con vida
El Real Madrid vuelve a hacer lo que mejor sabe en la Champions League : ganar y marcar el ritmo de una eliminatoria con un ADN competitivo inquebrantable. No fue su partido más brillante, pero sí efectivo. Con un Rodrygo eléctrico , un Brahim Díaz letal y un control táctico que minimizó los riesgos, el equipo de Carlo Ancelotti se impuso por 2-1 al Atlético de Madrid , que se mantuvo en pie gracias a un destello de Julián Álvarez .
No fue una exhibición de fútbol abierta ni un espectáculo de grandes ocasiones. Fue un derbi tenso, cerrado y de mínimos errores , donde cada detalle pesaba como una losa. En esa ecuación, el Madrid encontró su ventaja, pero la eliminatoria sigue viva de cara a la vuelta en el Metropolitano .
Inicio de vértigo: Rodrygo deja huella
El Santiago Bernabéu todavía estaba acomodándose en su asiento cuando Rodrygo Goes ya había dejado su firma. Apenas cuatro minutos y el brasileño destrozó a Javi Galán con un eslalón de velocidad y precisión quirúrgica, definiendo con una calma que recordó a las mejores noches de Messi . 1-0 y la sensación de que el Madrid quería cerrar la eliminatoria temprano .
El gol sacudió al Atlético de Madrid , que había salido con un plan conservador. Simeone priorizó la seguridad sobre la valentía, compactando líneas y confiando en la paciencia para encontrar su momento. El Madrid, por su parte, dominaba sin alardes, con Valverde y Camavinga marcando los tiempos en la medular.
Pero este Atlético es un equipo que sobrevive en los márgenes . Con pocos espacios para correr y sin fluidez en ataque, dependía de chispazos individuales . Y apareció Julián Álvarez para encender el partido.
Julián Álvarez, un genio en el Bernabéu
El delantero argentino, en su mejor versión, sacó oro de la nada. Un robo de Camavinga , una fracción de segundo para armar el pie y un disparo que surcó el aire con una precisión milimétrica. El balón voló por encima de Courtois y entró en la escuadra, enmudeciendo al Bernabéu.
Era un empate que premiaba la resistencia del Atlético y castigaba la falta de contundencia del Madrid en su dominio. El 1-1 dejaba la sensación de que la noche podría volverse mucho más complicada para los blancos.
Sin embargo, el Madrid rara vez permite que la incertidumbre se prolongue en Europa. Y menos aún en casa.
Brahim y un golpe letal tras el descanso
Si el gol de Julián Álvarez había sido una obra de arte, el de Brahim Díaz fue pura voluntad y picardía. El malagueño, suplente habitual pero con hambre de titular, se sostuvo en pie dentro del área, aguantó embestidas y sacó un remate inapelable.
El 2-1 fue un golpe al mentón para el Atlético, que empezaba a mostrar signos de fatiga . Simeone movió piezas , dando entrada a Le Normand, Correa y Sørloth , buscando frescura y una reacción. Pero el Madrid supo cerrar espacios , refugiándose en la experiencia de Modric y la solvencia de Rüdiger .
El Atlético lo intentó hasta la final , pero nunca encontró la fórmula para quebrar la muralla blanca. Oblak evitó el tercero y dejó la eliminatoria abierta , pero el Madrid se marcha con la ventaja y la confianza de saber que, en los momentos de verdad, siempre encuentra la manera de sobrevivir .
El Metropolitano dictará sentencia
El 2-1 deja todo en el aire. El Madrid tiene ventaja, pero el Atlético no está muerto. Simeone deberá ser más valiente en la vuelta , arriesgar más y no esperar tanto. El Metropolitano será una caldera y el Madrid lo sabe.
Si algo ha demostrado esta eliminatoria es que el margen entre ambos equipos es mínimo . Una genialidad puede decantar la balanza y, con jugadores como Rodrygo, Vinicius, Brahim o Julián Álvarez sobre el campo, no sería extraño que la vuelta nos regalara una noche de Champions para la historia .