Aún sé lo que hicisteis el último verano, 3a parte

Javier Tebas, muy contundente con el Mundial de Clubes / EFE

Para el Barça, el fairplay viene a ser exactamente eso: el despiadado hombre del gancho, que se recoge tras su sed de venganza y que aguarda a sus víctimas en su guarida. Lease, en la Liga. Así ha vivido Joan Laporta sus últimos cuatro veranos. Sorteando el terror para que el club sobreviva y recupere el pulso que siempre tuvo en el mercado. Sin la tortura mental de pedirle a nadie que haga un acto de fe para fichar, aunque pueda no tramitarse su licencia hasta horas antes del arranque del curso. O hasta la tercera fecha, como ocurrió con Dani Olmo. A día de hoy, el calvario perdura.

Sí, la regla 1:1 anda al caer. Pero luego hay que vender, te dicen. Y del Barça no se va ni el tato. Me pongo en la piel de las partes. Duro para el que quiere venir, cuyo entorno acaba condicionándolo por las dudas. Duro para el Barça, que debe batallar en un escenario propicio para el fango, algo que en Bilbao vienen explotando a la perfección. Y duro para Félix Tainta, agente de Nico Williams, que nada entre dos aguas. Por un lado, se debe a Nico. Por otro, acumula mucho negocio en Lezama. Claro, cómo conjugar el sueño del extremo – compartir cancha con Lamine – con el bienquedismo para el Athletic. Complicado. Si encima, Jon Uriarte, presidente en Ibaigane, va a la liga y amenaza con fiscalizar a Laporta, Tainta pide la claúsula que no pidió cuando forzó la cumbre con Deco.

Es de cajón que el Barça, que va a pagar 62 del ala, no acepte este juego. Pero, de no fichar a Nico, ¿esto se entendería así? ¿O quedaría, otra vez, que el club ha ido a por otro mirlo sin poder garantizarle la ficha? No hay marcha atrás. No cerrar a Nico sería ridículo y se cerrará. Pero el plan A, el que quiere la gente, es otro. Abatir al del gancho. RIP al fairplay. 

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