Antonio Rüdiger salva la defensa blanca en su peor crisis

La temporada 2023-2024 marcó un antes y un después para Rüdiger. El 17 de diciembre de 2023, tras la grave lesión de David Alaba y meses antes la de Éder Militao, el exjugador del Chelsea pasó de ser un tercer central a convertirse en el jefe absoluto de la defensa blanca. «Si Rüdiger se resfría, ya es un drama», comentaban desde Valdebebas, reflejando la dependencia que el equipo tiene de su rendimiento y disponibilidad.

Ancelotti, consciente de la importancia del alemán, no ha escatimado en elogios. En un gesto lleno de simbolismo, el técnico compartió en redes una foto abrazando a Rüdiger tras el triunfo ante el Atalanta en la Champions. Un mensaje que no necesitaba palabras: el Real Madrid tiene una deuda con su líder defensivo.

Precisión sin amonestaciones

Uno de los cambios más destacados en el juego de Rüdiger ha sido su capacidad para evitar sanciones. Antes de la lesión de Alaba, el central había acumulado siete tarjetas amarillas en 17 jornadas, pero desde entonces no volvió a ser amonestado hasta el final de la temporada. En la actual campaña, su récord sigue siendo impresionante: apenas dos amarillas en Liga y una en Champions, todo mientras disputa prácticamente cada minuto. Rüdiger ha logrado domar su agresividad defensiva sin perder eficacia.

Un físico cuidado al extremo

La longevidad de Rüdiger no es casualidad. El jugador ha transformado su hogar en un auténtico centro de alto rendimiento, con un gimnasio propio, una piscina fría y una cámara hiperbárica. Este compromiso con su cuidado físico no solo ha sido clave para minimizar lesiones, sino también para maximizar su rendimiento pese a los desafíos crónicos de su rodilla, afectada por artrosis.

Desde hace un año, Rüdiger ha sido casi indestructible. Solo una lesión muscular, sufrida en febrero de 2024, lo mantuvo fuera por 23 días. En su ausencia, el Real Madrid sufrió para encontrar equilibrio defensivo, empleando parejas improvisadas como Nacho-Carvajal o Tchouaméni-Nacho.

La ‘diplomacia’ internacional

El central ha manejado sus compromisos con la selección alemana con una maestría que refleja su inteligencia estratégica. En la presente temporada, ha jugado tres de los seis partidos internacionales, dosificando esfuerzos para no comprometer su estado físico. «Todo está hablado y medido», aseguran fuentes cercanas al jugador, que ha sabido priorizar sin perder la conexión con su selección.

Descansos estratégicos bajo la batuta de Ancelotti

A pesar de su robustez, el entrenador italiano ha sabido dosificar a su defensor estrella. En los 33 partidos que el Real Madrid ha disputado esta temporada, Rüdiger solo descansó en el duelo de Copa ante la Deportiva Minera y ha tenido pequeños respiros en otros encuentros. Por ejemplo, jugó solo siete minutos ante el Espanyol y fue sustituido antes del final en choques contra Las Palmas y Salzburgo. Cada detalle cuenta para preservar a un jugador que está siendo esencial en la estructura del equipo.

El titán que nunca se rinde

Rüdiger no solo lidera con su rendimiento en el campo, sino también con su compromiso. Desde evitar tarjetas hasta construir un gimnasio en casa, pasando por gestionar compromisos internacionales, el alemán ha hecho todo lo posible para estar siempre disponible. El Real Madrid encontró en él más que un defensor: un líder indomable que personifica la resiliencia y el sacrificio.

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